Colectivamente hemos diseñado pautas éticas orientadoras de nuestro proceso; son breves y sencillas en procura de facilitar su comprensión y apropiación por parte de antiguos y nuevos integrantes de Pan Rebelde:
● Custodiar la vida
Alimentamos mejor a nuestras familias aprendiendo el uso culinario de frutos tradicionales de la región, desaprendiendo el consumo de productos ultraprocesados dañinos como los enlatados, las harinas refinadas, el azúcar y las grasas saturadas. Cuidamos y defendemos el territorio y el medio ambiente.
● Diversidad
Creemos que es más lo que nos une que lo que nos separa. La diversidad nos enriquece y complementa, nos ayuda a crecer integralmente y nos hace mejores seres humanos.
● Compartir
Nuestras preparaciones culinarias y las correspondientes recetas son puestas en común. Estos saberes y conocimientos los hacemos extensivos a nuestras familias, amigos y vecinos. Compartimos igualmente nuestros afectos, visiones del mundo y experiencias de vida.
● Autonomía
No tenemos vínculos de dependencia con ninguna organización política, económica o religiosa. Nuestros rumbos son construidos colectivamente de manera autogestionada. Reivindicamos, igualmente, la soberanía y autonomía alimentaria.
● Creatividad
Nuestras elaboraciones culinarias rescatan recetas de las abuelas, pero también representan un desafío a la imaginación, creando variadas alternativas para la transformación gastronómica de los frutos tradicionales del territorio, en función de mejores condiciones de estética, calidad y sabor.
● Identidad
Reivindicamos el conocimiento y consumo de nuestros frutos ancestrales, producidos generosamente por este territorio multicolor de ubicación privilegiada. Consumiendo lo nuestro nutrimos también nuestro ser colectivo. Somos lo que comemos.
¡TRABAJAMOS POR LA SALUD ALIMENTARIA!